Publicado: 20 May 2006 4:21 pmTítulo del mensaje: LOS AMORES DE PAQUITO
Ruiz Barrachina muestra la correspondencia que mantuvo Francisco Franco con su amor secreto cubano
'Le ordeno a usted que me quiera' retrata el lado más sensible del
dicatdor, quien escribió en seis meses casi 400 cartas de amor a Sofía
Subirán
Ruiz Barrachina narra el primer encuentro entre ambos en este libro, que en un futuro pretende convertir en una película
Estrella Digital/Ep
Madrid
El libro Le ordeno a usted que me quiera. El amor secreto de Francisco
Franco (Lumen), de Emilio Ruiz Barrachina, muestra el lado más
sensiblero del caudillo Francisco Franco, quien escribió en seis meses
casi 400 cartas de amor y una treintena de postales a su amada, Sofía
Subirán, una cubana que tenía un gran parecido físico y psíquico con su
futura esposa, Carmen Polo. La mayoría de la misivas, son textos
apremiantes pidiendo una respuesta a su pretendida, quien siempre le dio
largas hasta que en 1940, Carmen Polo le prohibió a Franco mantener
cualquier tipo de contacto con esta mujer.
Algunas de estas cartas y el conjunto de postales salieron a subasta
pública en España en el año 1997. Al no pujar nadie por ellas, el lote
volvió a manos de la familia de Sofía Subirán, que se las prestó a
Barrachina con la condición de que no salieran en programas de corazón.
Barrachina, ha cumplido su pacto, y ha mostrado este legado en un libro
de menos de 200 páginas que pretende ser la biografía de una de las
mujeres a las que más amó Franco y que nunca le correspondió.
"En estas cartas se ve el nacimiento del monstruo", reconoció ayer Ruiz
Barrachina, quien destacó el carácter "enrevesado" y "complicado" del
joven Francisco Franco. "Los textos demuestran que tenía sentimientos,
pero los comunicaba muy mal", agregó este autor y periodista que ha
dirigido varios documentales para televisión.
El romance comienza en Melilla en 1912, donde el futuro dictador,
entonces apodado Franquito o Paquito, conoce a una joven de posición
acomodada y trata de cortejarla. La chica tontea con el joven
galleguillo, de voz atiplada, que se mostraba totalmente enamorado a
pesar de que ella sólo tenía quince años. Paquito no se da por vencido y
comienza a escribirle un sinnúmero de cartas y postales proclamando su
amor.
Posible película
Sofía no dejará de despreciarle y pasados unos años, se verá sorprendida
al reconocer en Paquito al dictador que estuvo al frente de España
durante cuarenta años. Sofía Subirán nunca quiso contar su historia
hasta que en 1978, el periodista Vicente Gracia consiguió hacerle una
entrevista en donde desvela algunos de los secretos de su insistente
romeo. "Era bastante pelma", confesaba una Sofía mucho más madura, quien
nunca se llegó a casar porque comparaba a todos los hombres con su
hermano muerto, por quien sentía adoración.
Hija de militar, Sofía nació en Cuba el 6 de abril de 1897. Un año
después, el militar embarca junto a su familia en el vapor Montevideo
rumbo a Málaga. En 1910, José Subirán cambia Málaga por Melilla. Ese
mismo año desembarcaba en Melilla un "retraído" segundo teniente,
procedente de Galicia, en cuyo primer permiso navideño se enamoró
perdidamente de la joven Sofía Subirán.
Ruiz Barrachina narra este primer encuentro y sus contactos con el
dictador en este libro, que en un futuro pretende convertir en una
película, cuando termine de grabar su documental sobre la muerte de
García Lorca. No obstante, Ruiz Barrachina ya escribió el año pasado,
una obra de teatro, que está en estos momentos de gira por España,
ficcionando esta historia y la vida de Sofía Subirán.
Asimismo, este autor, ensayista e historiador recoge varios testimonios
tanto de la protagonista como de sus herederos. "Eran un suplicio los
paseos por el parque Hernández a media tarde con Paquito acechando
detrás de los árboles", confesaba Sofía Subirán, quien aseguraba que
Paquito salía corriendo cada vez que veía a su padre porque sus padres
no querían que se viera con él.
"Era muy patosillo el pobrecillo"
"Era muy patosillo el pobrecillo. Prefería que hablásemos todo el rato.
Pero a mí me aburría un poco, sinceramente", reconoce esta mujer, a
quien según cuenta Barrachina, le prohibieron estar en los mismos actos
públicos que Carmen Polo por el gran parecido físico entre ambas.
En este sentido, Ruiz Barrachina apunta que Franco "cambió de carácter"
cuando se casó con Carmen Polo. "Cuando Franco llega al poder, ya no era
un parlanchín como contaba Sofía y ni siquiera hablaba en público".
"Cambió su forma de ser, pero sería bueno que algún psicólogo analizara
estas cartas para completar los estudios sobre su personalidad", añadió.
Franco escribió su última misiva en junio de 1913. En 1917 conocería a
Carmen Polo, con la que se casaría, pero Sofía conservó parte de sus
cartas en una cajita como recuerdo de aquel amante que llegó a dominar
el destino de España durante cuatro décadas.
Ay, jajaja, y eso que ya había leído este artículo por ahí, pero me he vuelto a reir, jaja
Me imagino a Franquín escucando a Sofía, escondido detrás de los árboles
del parque, o escribiendole esas cartitas cursis, jaja, qué cabrón, con
esa pinta de blandurrio que tenía. Qué bien hizo la chica en darle
puerta, y creo que por mucho que se pareciera a Carmen Polo seguro que
Sofía no tenía esa pinta de frígida; pa mí que acostarse con doña Carmen
debía ser igual que meterse en la cama con un crucifijo.
Según
Eugen Bleuler (psiquiatra suizo, amigo de Freud y maestro de Jung)
todos los rasgos que aquejan a quien padece una psicopatía se
manifiestan en Franco, : "afán de estimación, frialdad de sentimientos,
incoherencia, seudología fantástica (compulsión por inventarse una vida
propia para causar impresión admirativa en los demás), vanidad, maldad y
afán de dominio".
Pero además de enfermo mental, era medio analfabeto. Estas son algunas de las cosas que escribía a su amor Sofía Subirán:
"En el día de mañana le escribiré unas líneas en vista de la falta de
ocasión que durante mi cortísima estancia en esa para hablarle" [sic].
"Mi distinguida amiga: De regreso en esta posición le escribo estas
líneas afín [sic] de saludarla y anunciarle que en el día de mañana le
escribiré unas líneas".
Esas cartas, definitívamente podrán completar el perfil psicológico de
Paquito, conocido más tarde como " el vencedor del dragón de siete
colas", "el cirujano necesario", "el gran arquitecto", "el redentor de
los presos", "el guerrero elegido por la gracia de Dios", "el vencedor
de la muerte", "el padre que ama y vigila", "la voz de hierro", "el
centinela de Occidente" o "El Timonel de la dulce sonrisa" que conducía
la nave de la nueva España, la nave de la muerte, la tortura, la
expatriación...
Le
ordeno a usted de que me quiera”. Esta frase tan poco sutil y nada
galán es la que utilizó el generalísimo Franco para pretender los amores
de la que fue su primera novia.
Fue escrita de puño y letra por Francisco Franco Bahamonde en el verano
de 1913 y puede leerse en una postal que el joven segundo teniente
destacado en Melilla remitió a Sofía Subirán.
Era una moza de quince años, feúcha y desgarbada, con un exótico acento
cubano e hija del comandante de la plaza, José Subirán Espinal.
Paquito Franco bebía los vientos por ella. Le remitió casi cuatrocientas
apasionadas misivas en sólo seis meses requiriéndola de amores. Sin
rechazarle nunca abiertamente, Sofía dio largas “al pelma de Paquito”
hasta que el futuro generalísimo aplacó su pasión por ella y se fijo en
otra, su futura esposa Carmen Polo.
Una Carmen Polo que era “un clon físico y moral, una fotocopia de Sofía
Subirán”, según sostiene Emilio Ruiz Barrachina (Madrid, 1963),
escritor, dramaturgo y cineasta que ha trazado la biografía del primero
de la media docena de amores que se le atribuyen a Franco en el libro Le
ordeno a usted de que me quiera, de la editorial Lumen.
Acoso
Ruiz Barrachina ya había dramatizado la vida de Sofía Subirán, nacida en
Cuba 1898 y muerta en Zaragoza en 1987, en la pieza teatral No te
olvides de matarme .
Franco la conoció en la Navidad de 1912 y, durante seis meses, trató de
seducirla enviándole una media de casi tres escritos diarios. La
acechaba por el parque Hernández y se jugó la vida en el frente buscando
con urgencia el ascenso a teniente para entrar al casino de Melilla que
frecuentaba la jovencísima Sofía.
Subirán quemaría en los años sesenta los centenares de cartas de
‘Paquito’ -”eran de aúpa” dijo-, al que tenía por “un patosillo
aburrido”. Conservó sólo una treintena de postales que, subastadas en
1997, no encontraron comprador. Las atesora hoy su familia que se las
cedió a Ruiz Barrachina para su reproducción en el libro.
Sofía Subirán conservó sólo 33 postales “muy cursis”. No las guardó por
los textos sino por las sensibleras fotos que elegía Franquito; siempre
niñas o jovencitas en poses tiernas “a las que dibujaba escapularios,
collares o pulseras”.
Aún así, Sofía Subirán quemó las cartas de Franco en un gesto de
consideración hacia Carmen Polo. “Con ellas, un historiador desaprensivo
se las hubiera hecho pasar canutas a la señora de Meirás”, reconoció en
la única entrevista que concedió en su vida a Vicente Gracia, quien
publicó en 1978 Las postales de amor de Franco .
Sofía culpaba a Carmen Polo antes que a Franco de todos los males del
país y aseguró que “si me hubiera casado con él, no le hubiera permitido
lo que le dejó hacer Carmen; no le hubiera permitido nunca ir bajo
palio” dijo.
Llama la atención la caligrafía y confusa sintaxis del teniente Franco,
que escribe primero en horizontal y luego sobrescribe en vertical y a
menudo por ambas caras, sin desperdiciar un milímetro de superficie. “En
estas cartas se ve el nacimiento del monstruo, su carácter enrevesado y
complicado a través de unos textos que demuestran que tenía
sentimientos, pero que los comunicaba fatal” concluye Ruiz Barrachina.
“Siempre se ha dicho que hay un Franco anterior y posterior a su llegada
al poder, pero para mí esta muy claro que el antes y el después lo
marca Carmen Polo”, dice Ruiz Barrachina.
El Paquito que pretende a Subirán “era dicharachero, hablador y
decidido, y el que conocemos tras su matrimonio es silencioso, retraído,
tímido y taimado”. “El primer Franco echaba pestes del catolicismo, la
iglesia, la beatería de su madre, pero todo cambia con Carmen Polo”.
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Publicado: 02 Jan 2007 1:35 pm
Ja, ja, ja. Y a mí que me da que Paquito era de los de los "calcetos" blancos...
Tiene toda la pinta. Yo tuve un novio asín de plasta, que me regalaba
frascos de Chanel de a litro, el tío, y escucábame por los pasillos de
la Facultá, hasta me respigo al recordalo. Probe Sofía, la compadezco.
No hay nada peor que un pretendiente pelma, y si pa encima es un futuro
dictador, ya ni te cuento. Dí tú que como decimos por aquí nunca falta
un rotu pa un descosíu, mira la Carmina que viva fue, enganchó a esi
sex- simbol que fue el nuestru Paquín, fue velu y decise que no lu podía
dejar escapar. Lista como ella no la hubo. Y todo pa qué? Pues pa
conseguir que en el futuro pudiésemos deleitanos con la maravillosa
visión de la Carmen Martínez Bordiu desparramando grasa y poderío por
los platós de la televisión pública, bailando como una endemoniá salsa,
tango y hasta hip-hop.
Los caminos del señor son insondables (o algo asín).